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Mi Capricho

BAR DE CAÑAS (Guarnizo)

Nombre: Bar de Cañas

Dirección: Calle Ramón y Cajal, 100 Guarnizo, 39611 - Cantabria

Telefono: +34 942 543 590

Web:

Día: 5 de septiembre de 2008

Motivo: Reunión amigos.

Número de Personas: 4

Capacidad: 30 Personas

Servicio: 5,90, Comida: 6,75, Nota media: 6,32

Precio Total: 119,90 € IVA INC. Precio por Persona: 29,97 € IVA INC

Pese al nombre juro que es un restaurante. El mismo esta situado en una casa de piedra, bastante bonita por la sensación de rural que da, con el pegote de una tienda de motos justo al costado. Para situarnos, esta frente a la estación de tren de Guarnizo.

Tiene una sala única, que divide en dos el mostrador-barra de bar, con una zona como de cañas y picoteo y otra, el restaurante, en la parte posterior del local. Los baños a la izquierda, a la altura de la barra… con la gracia de que pese a tener dos retretas, son unisex.

La decoración rustica, con muebles caseros, en el sentido literal, poca luz, y un ambiente recogido y hasta íntimo podríamos decir.

Lo serio, que es la comida, es la gran baza del garito, por que el servicio es peculiar, sobre todo para los cuatro comensales que estábamos, por conocer a los dueños, lo cual puede ser nefasto en algunos casos.

Empezamos con pulpo a la gallega, muy rico, con la textura justa y con el pimentón suficiente como para hacer que las patatas (no, cachelos, no) tuviesen su gracia, cosa poco habitual. Le pusimos al costado unos mejillones en vinagreta, estaban bien, pero demasiado sabor a pimiento para mi gusto. Los realmente buenos son en salsa… ¡deliciosos!.

La tradición nos lleva a pedir el plato estrella, el machote, un pez muy sabroso, con cuerpo y relativamente pocas espinas, peeero, nuestro gozo en un pozo, no queda, así que pasamos al jargo. La gracia es que lo sirven por tamaño (pese a que el precio sea por ración) y lo pedimos para dos. Los contrarios se pidieron un chupetón de Kg a la piedra.

El jargo se presenta en una cazuela, con patatas bajo él, esta cocinado en el horno, y esta en su punto, jugoso, pero hecho, con todo su sabor (le ponen poca sal) potenciado por las patatas que lo acompañan (con pimiento rojo y cebolla). Excepcional, pero no es el machote.

El Chuletón lo sirven a la piedra, pegando chispazos de jugo por todas partes, muy poco hecho, para el que le guste sangrante, pero con una piedra calculada para que puedas dejar ahí tu porción si te gustan las suelas de zapato. Para acompañarlo unas patatas fritas caseras.

El tema del líquido un Pago de los Capellanes, Crianza del 2004, y agua (que después hay que conducir).

De postre, un café escocés (con helado de orujo), bastante rico sobre todo por que no lo cargan de azúcar, con lo que no empalaga, helados varios caseros (una tanda de frutas y otra de orujo). Los cafés, por último, son decentes.

Conclusión: es el templo del machote (conocido como pargo o rubiel en otros sitios), el plato estrella por el que suele repetir sistemáticamente. El resto esta rico, de verdad, pero no es lo mismo. La relación calidad precio es muy buena, y lo único que hace pensárselo es que esta en el extrarradio.

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