Blogia
Mi Capricho

Valladolid

La Parrilla de San Lorenzo (Valladolid – Castilla y León)

Nombre: Restaurante La Parrilla de San Lorenzo

Dirección: C/ Pedro Niño, 1 - 47001 - Valladolid (Castilla y León)

Teléfono+34 983 335 088

Web: http://www.hotel-convento.com/

Día: 3 de Noviembre de 2008

Motivo: Reunión.

Número de Personas: 2

Capacidad: 100 Personas

Servicio: 7,25, Comida: 7,35, Nota media: 7,3

Precio Total: 83,52 € IVA INC. Precio por Persona: 41,76 € IVA INC

Comentario:

Si hay un sitio que se debe visitar en Valladolid es este, quizás sea donde te ponen el mejor lechazo que he probado, y lo he probado en varias ocasiones, esto hace que me decante por él por encima de las bodegas.

Otra parte muy importante es la decoración, el servicio que recibes y sobre todo la comida, ese “marisco de castilla”, los quesos, las almejas en salsa….

Pues nada al tajo como dice mi socio bloguero, de entrante unas almejas en salsa de vinagre con ajo picado, ufff, exquisitas…

Y de segundo como no, el lechazo, “cuarto trasero” para dos, que manjar, que delicia, sin palabras al comerlo, y sin palabras al comentarlo.

De postre, “tarta de las monjas” muy sabroso aunque dado lo que llevábamos encima ya se nos hizo pesado.

Para regar el estomago, pago de carrovejas, un seguro de vida para tomar con carne

TABERNA DEL HIDALGO (Valladolid)

Nombre: Taberna del Hidalgo

Dirección: Calle Paraíso nº 4 - 47003 Valladolid

Telefono: +34 983 295 525   +34 983 290 785 

Web:

Día: 19 de Septiembre de 2008

Motivo: Reunión de amigos.

Número de Personas:2

Capacidad: 50 Personas

Servicio: 5.85, Comida: 6.65, Nota media: 6,25

Precio Total: 83,67 € IVA INC. Precio por Persona: 41,83 € IVA INC

Comentario:

Bueno, lo primero es reconocer a mi acompañante (que es una autentica guía Michelín ambulante) por descubrirme este sitio tan interesante.

El local por fuera parece una taberna, en el sentido más estricto de la definición, pequeña además, y no se te ocurre que es un restaurante hasta que te has metido al fondo.

En la entrada hay un altillo con mesas, en plan corrido, para picar y cosas similares. Ah! También el servicio de caballeros… el de señoritas esta en la planta baja, curiosa distribución. El ambiente es un poco “viejo”, la verdad es que una pequeña mano de pintura le ayudaría.

Como notas interesantes están que tienen una parte de la carta expuesta en el exterior, con lo que se sabe a lo que se va, y que es difícil aparcar en los alrededores del local. Eso si es muy céntrico, por lo que se puede ir en transporte público, o en con una agradable caminata.

Lo serio, el servicio y la comida:

Son atentos, están pendientes de ti sin agobiar, pero tienen detalles que a veces te dejan un poco descolocado. Tienen un especialista en vinos, lo cual es un detalle, por que la carta esta bien surtida, no es de esas de 500 referencias, pero hay que leérsela, y saber que se pide, más que nada por temas monetarios.

Ya que estamos, vamos primero con los vinos, pedimos un Más de Leda, de bodegas Leda de 2005, un V.T Castilla y León (que no es D.O), un crianza, de 14.5º, en boca amplio y con los taninos presentes, en la nariz intenso, y que acompaña muy bien a las carnes. Por 15 €, es quizás una de las elecciones más acertadas de la carta, donde hay autenticas maravillas pero a unos precios… El agua era Solan de Cabras.

Empezamos con una ensalada templada, de espárragos trigueros, que tenía además jamón de pato, aguacate, fresas, queso y hierbas (lechugas) varias. La presentación bien, cantidad correcta (nada de montañas) y de sabor interesante. La vinagreta ayuda a realzar los sabores, un acierto.

Luego pedimos un solomillo de ternera con foi, compota de reineta y una salsa de uva tempranillo, y un solomillo de venado con salsa de boletus acompañado de manzana. Ambos muy ricos, con la carne en su punto justo, es decir, porco hecho (aunque no se molestaron en preguntarnos como lo queríamos), de cantidad bien, aunque el acompaño un poco parco para mi gusto, presentación decente, pero no muy cuidada.

Para terminar una crema tostada, con piñones, y helado de turrón (parte terminó en mi camisa… ¡esas gotas rebeldes!) y un mil hojas de chocolate y roquefort, ambos caseros. Aquí la camarera nos recomendó, por que parte de los postres son prefabricados. Muy ricos ambos, y esta vez si, bien presentados, en plan pijo y chic. El único pero, es que eran escasos, el precio a pagar por la estética.

Cafés, y la cuenta…

Resumen: un sitio muy recomendable, con una relación calidad/precio, para mi gusto, buena (no excepcional, atendiendo al precio). Con una carta sencilla, una bodega interesante, y que consigue que al salir del local, tengas la sensación de satisfecho. Un logro.

Restaurante Bodega Los Tarantos (Boecillo - Valladolid)

Nombre: Bodega los Tarantos

DirecciónCamino de las Bodegas, s/n Boecillo, 47151 - Valladolid

Telefono: +34 983 552 166

Web: http://www.bodegalostarantos.es/

Día: 14 de Agosto de 2008

Motivo: Reunión trabajo.

Número de Personas: 2

Capacidad: 500 Personas

Servicio: 5,80, Comida: 6,70, Nota media: 6,30

Precio Total: 83,56 € IVA INC. Precio por Persona: 41,78 € IVA INC

Comentario:

Seguimos metidos en pleno mes de agosto y nos encontramos en Valladolid, a primeras nos sorprende el clima impropio de la época ¡16 Grados! A las 2 de la tarde, no sobra la chaqueta. Como estamos en castilla que menos que ir a una bodega a probar un lechazo

 

El restaurante se encuentra en una de las laderas que rodean la localidad vallisoletana de Boecillo (a unos 20 kilómetros por la carretera de Madrid).

 

El local es bonito en el interior, dentro de la montaña, en una planta, con un hall ocuro pero bastante amplio, con la parrilla según entras a un lado.

 

A mano derecha quedan los baños y a mano izquierda la recepción. De frente un pasillo que nos guia hacia los corredores de la bodega en cuyos huecos y salas están las mesas. No vimos la posibilidad de tomar algo en alguna barra así nos metimos directamente al interior.

 

El local es amplio pese a que sea una bodega, no hay problema de estrecheces. Y el número de mesas seguro que supera las 15 ó 20, así que podéis haceros una idea del tamaño. Es ampliable en el exterior, ya que pudimos ver carpas.

 

La decoración es a base de aperos de labranza, fotos antiguas, productos del campo, etc. Y la iluminación con grandes y rústicas lámparas.

 

De entrante nos pedimos cecina de león con virutas de queso curado, todo ello regado con un chorro de aceite de oliva virgen extra, exquisito plato que nos sirvió para forrar el estomago mientras esperábamos al plato estrella.

 

De segundo “lechazo asado en horno de leña”, este plato hay que pedirlo cuando reservas la mesa, debido a que tardan en hacerlo, esto da respuesta a su gran calidad. Cuando reservas puedes indicar la parte que te gusta, nosotros pedimos cuarto trasero. Estaba exquisito, casi parecía gelatina en la boca, no estaba nada seco, ni hacia falta cuchillo para cortarlo. LA cantidad que te sirven es muy aceptable y no te quedas con ganas.

Antes te indican si quieres acompañarlo con algo de verde (lechuga, tomate y cebolla), nosotros así lo hicimos.

 

De postre se pidió tarta de queso y frambuesa, para mi gusto estaba un poco seca y con exceso de canela que mataba el sabor al queso. El postre lo acompañamos con un café ¡1€! Ya creía que no había cafés a esos precios, al igual que el pan.

 

Para saciar nuestra sed lógicamente pedimos un vino, y dado en la zona que estábamos que menos que un buen Rivera de Duero, eso sí crianza (que estamos en desaceleración, crisis, recesión) “Pago de Carrovejas”, un clásico que nunca falla. Además nos pedimos una botella de agua a un precio normal

Y nada llegamos a rendir cuentas por lo pedido,  83,56 €, para nada caro después de lo que hemos comido y bebido

Sitio muy recomendable, tanto para picar (raciones con buena cantidad y nada caro) como para degustar su excelente lechazo a un muy buen precio (35 €, por dos raciones)