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Mi Capricho

TABERNA DEL HIDALGO (Valladolid)

Nombre: Taberna del Hidalgo

Dirección: Calle Paraíso nº 4 - 47003 Valladolid

Telefono: +34 983 295 525   +34 983 290 785 

Web:

Día: 19 de Septiembre de 2008

Motivo: Reunión de amigos.

Número de Personas:2

Capacidad: 50 Personas

Servicio: 5.85, Comida: 6.65, Nota media: 6,25

Precio Total: 83,67 € IVA INC. Precio por Persona: 41,83 € IVA INC

Comentario:

Bueno, lo primero es reconocer a mi acompañante (que es una autentica guía Michelín ambulante) por descubrirme este sitio tan interesante.

El local por fuera parece una taberna, en el sentido más estricto de la definición, pequeña además, y no se te ocurre que es un restaurante hasta que te has metido al fondo.

En la entrada hay un altillo con mesas, en plan corrido, para picar y cosas similares. Ah! También el servicio de caballeros… el de señoritas esta en la planta baja, curiosa distribución. El ambiente es un poco “viejo”, la verdad es que una pequeña mano de pintura le ayudaría.

Como notas interesantes están que tienen una parte de la carta expuesta en el exterior, con lo que se sabe a lo que se va, y que es difícil aparcar en los alrededores del local. Eso si es muy céntrico, por lo que se puede ir en transporte público, o en con una agradable caminata.

Lo serio, el servicio y la comida:

Son atentos, están pendientes de ti sin agobiar, pero tienen detalles que a veces te dejan un poco descolocado. Tienen un especialista en vinos, lo cual es un detalle, por que la carta esta bien surtida, no es de esas de 500 referencias, pero hay que leérsela, y saber que se pide, más que nada por temas monetarios.

Ya que estamos, vamos primero con los vinos, pedimos un Más de Leda, de bodegas Leda de 2005, un V.T Castilla y León (que no es D.O), un crianza, de 14.5º, en boca amplio y con los taninos presentes, en la nariz intenso, y que acompaña muy bien a las carnes. Por 15 €, es quizás una de las elecciones más acertadas de la carta, donde hay autenticas maravillas pero a unos precios… El agua era Solan de Cabras.

Empezamos con una ensalada templada, de espárragos trigueros, que tenía además jamón de pato, aguacate, fresas, queso y hierbas (lechugas) varias. La presentación bien, cantidad correcta (nada de montañas) y de sabor interesante. La vinagreta ayuda a realzar los sabores, un acierto.

Luego pedimos un solomillo de ternera con foi, compota de reineta y una salsa de uva tempranillo, y un solomillo de venado con salsa de boletus acompañado de manzana. Ambos muy ricos, con la carne en su punto justo, es decir, porco hecho (aunque no se molestaron en preguntarnos como lo queríamos), de cantidad bien, aunque el acompaño un poco parco para mi gusto, presentación decente, pero no muy cuidada.

Para terminar una crema tostada, con piñones, y helado de turrón (parte terminó en mi camisa… ¡esas gotas rebeldes!) y un mil hojas de chocolate y roquefort, ambos caseros. Aquí la camarera nos recomendó, por que parte de los postres son prefabricados. Muy ricos ambos, y esta vez si, bien presentados, en plan pijo y chic. El único pero, es que eran escasos, el precio a pagar por la estética.

Cafés, y la cuenta…

Resumen: un sitio muy recomendable, con una relación calidad/precio, para mi gusto, buena (no excepcional, atendiendo al precio). Con una carta sencilla, una bodega interesante, y que consigue que al salir del local, tengas la sensación de satisfecho. Un logro.

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