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Mi Capricho

RINCON DEL GAUCHO (Sta Cruz de Bezana - Cantrabria)

Nombre: Rincón del Gaucho

Dirección: Urb. Bezanabella nº 70 (N-611) Santa Cruz de Bezana - Cantabria

Telefono: +34 942 580 974

Web: http://rincondelgaucho.restaurantesok.com 

Día: 14 de Septiembre de 2008

Motivo: Reunión de amigos.

Número de Personas:4

Capacidad: 50 Personas

Servicio: 3.25, Comida: 5.25, Nota media: 4,25

Precio Total: 126,00 € IVA INC. Precio por Persona: 31,50 € IVA INC

Comentario:

 

De entrada tengo que decir que el edificio donde se encuentra el restaurante tiene una pinta estupenda, así como que muy regio, muy chic y muy pijo. Dispone de un pequeño aparcamiento en la entrada lo cual es un detalle. Está en la nacional, justo enfrente de Renault Trucks, lo cual le quita un pelín de glamur, pero bueno, no se puede estar en todo.

El edificio tiene dos plantas una de bar, y otra el restaurante. Al entrar te encuentras con la barra, el diseño del local es colonial, de colores suaves, con mucha madera y una iluminación agradable. Tiene en los costados un puñado de mesas, posiblemente para menús y similares, los servicios y la escalera que da acceso a la planta superior. La escalera merece comentario, al tener una especie de fuente en plan zen, siendo de metacrilato el piso intermedio para ver el agua y las piedrecitas del fondo.

Nos tomamos una cañas, bien servidas (no como en Madrid, pero decentemente), acompañadas de unas aceitunas aliñadas, que todo sea dicho de paso, estaban muy ricas... la excusa, esperar al que siempre llega tarde.

Subimos al restaurante, después de comprobar que tenemos reserva, y ¡ahí empieza el caos!

El local, con la misma decoración, quizás más claro, es muy agradable. Bien, el ambiente promete, ya que es un sitio razonablemente amplio, la prueba es que en la mesa entramos los cuatro sin el más mínimo problema, incluso cuando nos llenan la mesa de platos y otros enseres.

Nos llega el camarero, un autóctono, que nos pasa la carta. La misma es cutre, está metida en una encuadernación de falsa piel, pero la presentación es de un restaurante de comida rápida. Luego nos llega un camarero, este argentino, agradable él, y nos toma nota, dándonos consejos en cuanto a  cantidades y el vino. Lo único en lo que acertó fue en el vino.

Empezamos con un guacamole y una picada “el gaucho”, para compartir, se supone que era suficiente para cuatro, pero a mí me dio la sensación de que era un poco escaso la verdad. El guacamole, menos pinta y sabor a guacamole, podríamos darle sin problemas cualquier definición. No tenía el sabor, ni el color, ni la consistencia. Además, para mojar nos pusieron Doritos (marca registrada de Matutano) de los sazonados, con lo que si hubiese sido guacamole era para matarlos. La picada, que era una mezcla de productos cárnicos, es decir, una empanadilla de carne, un chorizo criollo, y dos costillitas, se me hizo un poco escasa para compartir.

Luego los platos principales, yo pedí un solomillo poco hecho, sin salsa para no estropear la carne argentina que es estupenda, otro  unas costillas a la pecheche, otro un asado de tira y el último carne de cerdo agridulce.

A la hora de servirnos fue el desastre, nos quitan los platos y los cubiertos como quieren, no reponen cubertería, y encima no saben el orden en el que van a servir, increíble. Para mí, lo de los cubiertos fue un detalle de mal gusto. Todos los comensales lo comentamos. Y no comento lo de los vasos de agua, por dejarlo estar.

El solomillo, mal presentado, en un plato demasiado pequeño, y en su punto tirando a hecho en ciertas partes, por que el corte de la pieza no es uniforme… desde luego poco hecho no estaba, lo puedo garantizar. Las costillas de cerdo agridulces, mal presentadas, como tiradas en la fuente, eso sí sabrosas según los comensales que las probaron. El asado  de tira, un poco duro, pero de sabor rico, el acompañamiento decente… y por último las costillas a la pecheche, que pintas de costillas no tenían, pero que parece ser que no estaban mal, nada sublime, y con un acompañamiento extraño, manzana asada, lo cual con una salsa de ajo suave, yo personalmente no veo. Este plato, era un tanto exiguo, y el comensal afectado se dedicó a complementar con costilla de cerdo agridulce (este plato si era abundante).

El vino… un Trapiche Syrah del 2004, un vino argentino estupendo, de sabor distinto a lo habitual, potente, con personalidad al dejar el paladar. Muy rico sí señor.

De postres café escocés para todos. Dejémoslo en decepcionante, más que nada por no estirar más la crítica.

Corolario: pagar 31,25 € por cabeza para disfrutar de un buen vino me parece un despilfarro, la comida para gustos (en mi caso un destrozo gastronómico) y el servicio deficiente, no se lo recomiendo a nadie. Si alguien tiene tiempo y está cerca, recomiendo “La Pampa” que está en Castelldefels (Barcelona) y eso si es un argentino de verdad.

 

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