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Mi Capricho

EL TORREÓN (Brihuega)

Nombre: Hostal – Restaurante El Torreón

Dirección: Plaza de María Cristina, 7  - 19.400 Brihuega

Teléfono: +34 949 280 300

Web:

Día: 2 de mayo de 2010

Motivo: Comilona antiestrés.

Número de Personas: 1

Capacidad: 300

Servicio: 6,25 Comida: 6,00 Nota media: 6,125

Precio Total: 35,60 € IVA INC. Por Persona: 35,60 €

Comentario:

En pleno corazón de la Alcarria esta este pueblecito que es de lo más majo que se puede encontrar a una distancia prudencial de Trillo. Es bonito, la verdad, una pena que se pusiese a llover como si lo fuesen a prohibir, y el turismo quedase relegado a gastronomía…

El local, es de los típicos de la zona, con cierto renombre y fama. Tiene un problema de ubicación enorme para los conductores, esta a menos de 200 m del cuartelillo de los picoletos, por lo demás bien, hasta se puede aparcar y todo sin tener que volverse loco.

El sitio tiene una entrada directa para el restaurante, lo cual es de agradecer, y entras a un pasillo algo lúgubre, donde están los servicios (muy limpios por cierto), que termina en una sala donde se sirve la comida.

La sala tiene aspecto de típico sitio para bodas con diseño de finales de los 80… eso si amplio, luminoso y razonablemente agradable.  Los muebles son de tipo rústico castellano, razonablemente cómodos.

Servicio… contradictorio, con cosas que demuestran profesionalidad, y cosas que son “pá matarlos”. Atentos en un principio, diligentes, simpáticos sin ser graciosillos, bien. Pero cuando el restaurante se llena, se olvidan de ti ¡literalmente!; vale que fuera solo uno, y que no levantara yo sólo la facturación del día, pero tardar 36 minutos en servir el postre tiene delito. Pero por lo demás, bien hasta invitaron a café y chupito en el bar.

Para la comida me decante por un plato especialidad de la casa, alubias con oreja, y luego de segundo cabrito.

Las alubias estaban ricas, pero no dejan de ser alubias con oreja y algo de chorizo, sabrosas, tiernas, con el punto justo de sal. La cantidad bien, un plato, desde luego no es Los Tojos donde te dejan la cacerola para que te sirvas (ganarían muchos enteros si lo hiciesen).

El cabrito, los he probado mejores, peores… así que uno de calidad media, hay que decir en su favor que te lo traen en plato de barro, que mantiene la pata caliente mientras te pegas con ella. El problema de eso es que el cuenco es justo para la pata, con lo que la operación de deshuesado se hace “divertida”. Para bajarlo lechuga, bastante fresca por cierto.

El cabrito una de las especialidades del restaurante (y de la zona, todo sea dicho de paso) no esta a la altura de la expectativa generada, tierno en su mayoría tenía zonas un poco resecas (salvables por el jugo donde las podías dejar un rato), soso (curioso, es la primera vez en mi vida bloguera que le tengo que poner sal a un lechazo), en una cantidad  razonable (los hay más alegres a la hora de soltar materia prima).

De postre halado… estaba rico, pero nada reseñable.

Para beber, agua… recordemos a los picoletos, y vino, media botella de coto crianza del 2006. La carta es surtida, por cierto, lo cual es un punto a favor del restaurante, y lo de las media botellas es un puntazo, sobre todo por los controles de alcoholemia. Los precios de los vino, por cierto, buenos.

Conclusión: No cumple con las expectativas generadas, esta bien pero no se desmadra gastronómicamente hablando, además, por el precio os puedo decir que no lo regalan. Un sitio correcto, pero seguro que no el mejor del pueblo y menos de la zona.

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