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Mi Capricho

CAN JOANET (Barcelona)

Nombre: Restaurant Brasería Can Joanet

Dirección: Carrer Tajo nº 6  - 08.031 Barcelona

Teléfono: +34 933 582 544

Web:

Día: 6 de junio de 2010

Motivo: Comilona de amigos.

Número de Personas: 2

Capacidad: 80

Servicio: 6,50, Comida: 5,90, Nota media: 6,20

Precio Total: 82,93 € IVA INC Por Persona: 41,465 €

Comentario:

Bueno, después de mucho tiempo volvemos a las andadas… a castigarnos las tripas al auditar nuevos garitos, o como en este caso redescubrirlos.

Can Joanet, en la zona de Horta en Barna, cerca de una salida de metro por cierto (línea 5), lo cual para darle candela al vino, es de lo más interesante. Es un garito que ya tiene su tiempo (20 años), y que tengo la sensación de que ha cambiado de dueños o algo similar. Esta vez he regresado con uno de los comensales que me acompañaron cuando lo descubrí hace años… el incomparable Litos.

Encontrar el garito no es especialmente fácil, por lo discreto de la fachada (tampoco se esconden, pero es estrecha)… entras en una recepción pequeña, con productos de la huerta y cuadros que le dan un aspecto rústico. De ahí se accede a un pasillo que divide al local en dos salas, una más amplia que la otra y que continua con ese ambiente de masía catalana. Al fondo la cocina, con lo que puedes ver (según donde estés colocado) como cocinan.

El trato, es amable, ni muy pegajoso, ni muy distante. Bien, correcto. Curiosamente nos atendieron en castellano a la primera, cosa no muy común por esas tierras de Dios (siendo este uno de los detalles que me indican un cambio en la dirección del local). Hay que decir que éramos cuatro amigos, con lo que no tenían que herniarse mucho.

Empecemos con la comida, que para eso esta este blog…

Pedimos una ensalada tibia, con queso de cabra para compartir, con reducción de Módena y frutos secos. Una ensalada de verdad, bien surtida en cuanto a variedades de verde, un bloque de queso de cabra majo (con un cacho pan debajo que no se que pinta, si no es para dar sensación de volumen), y que al sazonarlo a gusto te permite disfrutar de ella. La pega, siempre la tiene que haber, es que el plato se queda un poco pequeño si quieres voltearla en él…

Mientras esperábamos a la ensalada le dimos caña a un par de tostas, con su correspondiente ajo, “tomaquet”, aceite y sal…   Las tostas en cuanto a tamaño y braseado bien, el tomate no da para mucho un poco seco, el aceite de arbequina no era y el ajo, sabía a ajo.

De plato principal, después de marearnos un poco nosotros mismos, marear al camarero, marearnos este… optamos por una pata de cordero a la brasa, y unas costillas de lechal.

La pata era a la brasa por que el horno estaba apagado, lo cual en un restaurante no deja de tener su guasa. Quiero suponer que la crisis hace meya y tienen que recortar costes, por que si no es para matarlos. He de decir que el resultado fue bueno, un poco soso, pero jugoso que es lo complicado con ese espesor. La carne la he probado con más sabor la verdad, pero tampoco nos vamos a poner en plan sibarita (bueno, no más de lo normal). La pata estaba acompañada de patatas “al caliu” (a la brasa en el resto del mundo) y unos espárragos trigueros. El acompaño un poco triste, más verdura y menos patata hubiese sido lo suyo, por el volumen de la pata más que nada, para aligerar el plato.

Las costillas tenían buen aspecto, Litos no dejo una, así que por su cara de relativa satisfacción supondremos que estaban buenas, yo probé un cacho que además tenía algo de grasa y eran jugosas. Lo bueno era la cantidad, mayor que la habitual para este plato, lo malo, el acompañamiento… ¡patatas de bolsa y pimientos de lata! Suponemos que la crisis hace meya, como con lo del horno. Esos detalles son los que destrozan el restaurante, sobre todo si se ve el apartado precio de esta critica gastronómica, por ese dinero me espero más, en cuanto a presencia y calidad de ciertos productos.

Como colofón… chocolate, un “browni” y un “coulant”. El primero tenía aspecto de especialmente denso, posiblemente un chupito de licor hubiese ayudado a  bajarlo, el segundo uno prefabricado con el que casi me abraso la lengua.

Para bajar todo esto… Enate  cabernet/merlot. Un vino color cereza de media capa, de nariz sugestiva y compleja de frutos del bosque (grosella, zarzamora) con elegantes matices florales (violeta) y atisbos de pimienta, vainilla y sotobosque. Paladar suave y redondo sobre un mullido colchón tánico, que abre paso a un final de boca sabroso, con notas de torrefacto.

Por cierto, la vinoteca que tenían, especialmente de vinos catalanes, ha desaparecido, otro de los rasgos del cambio… una pena, por que tenían joyas a precios “asequibles”, y te permitía probar vinos de la tierra que fuera no son muy conocidos.

Conclusión: por un entrante, dos tostas, un plato principal, postres, una botella de vino de medio pelo (estaba rica, pero no era un Vega Sicilia) y dos cafés…82,93 € me parece un poco excesivo. La brasa la manejan bien (es su especialidad desde hace 20 años) pero no lo justifica.

 

2 comentarios

monica rueda -

Simplemente DESASTROSO.
Os explico. Reserve para celebrar el bautizo de mi hijo con un mes de antelación y le comente a la dueña que iva una niña celiaca y me dijo que no habia ningún problema que estaban acostumbrados y que le harían macarrones sin gluten, un día antes me llamó el cocinero y me volvío a preguntar que que quería la niña celiaca, le dije que macarrones y me dijo lo mismo y que también le compraría pan sin gluten. yo estaba contenta de la atención que habían puesto en el tema, y nada más llegar al restaurante la camarera también me comentó que sabián que había una niña celiaca, pero mi GRAN SORPRESA fué que le pusieron los macarrones a los niños sin hacer distinciones y gracias a uno de los niños que nos lo comentó nos dimos cuenta que todos los macarrones eran con gluten y primero nos dicen que es que todos son sin gluten pero después de insistir le preguntan al cocinero y su respuesta es que SE OLVIDO DE COMPRARLOS, yo no me lo podía creer, como se puede ser tan irresponsable con una intolerancia alimentaria en un restaurante que se supone que tiene una categoría. Pero eso no fue lo único. el camarero para que pidieramos los platos se pusó a chillar diciendo que venga que pidieramos rápido que si no tardarían en traer los platos, todo el mundo alucinando del trato porque eramos un grupo de 30 adultos que la gente tenia entre 40 y 70 años y mi familia alucinó Yo pacte con la dueña un menú y le pregunté si queria que le dijera por anticipado el plato que queria cada comensal para que no tuviera problemas y me dijo que no hacía falta que tendrían de todo. Pués de nuevo otra sorpresa, de uno de los platos empezó a decir que se le habían quemado y sólo tenía para dos o tres y de otro de los platos que la gente no quería , insistiendo que teniamos que pedir las 9 raciones que tenian prepaparados. alucinante. sin hablar que los que pidieron parrillada primero dijeron que era para dos y luego empezaron a decir que era para 3 , un caos. Pero eso no es todo, cuando ibamos a perdir los postres nos dicen que han preparado un pastel, y yo ya flipando, porque lo pactado eran postres de la casa, y por supuesto les dije que no y me dicen que ahora que hacen con el pastel..... flipante. Sin hablar que encima me querian cobran una persona más. En general DESASTROSO. Yo la verdad me moría de vergüenza delante de mi familia porque después de preparar un evento así con todo el cariño que se le pone no podía dar crédito del desastre que resulto la elección del restaurante. NO LO RECOMIENDO EN ABSOLUTO, y de todo, lo peor que puedo destacar es la falta de responsabilidad con una intolerancia que esta a la orden del día como es la celiaquía.

Litos -

Eres duro pero justo..... No sé si cambió de dueños, pero loc ierto es que dejé de ir una temporada porque una vez tardaron como 45 min en cobrarme, y ya había tenido algún retraso más.
Es carillo, pero aqui en Barna, que sitio de este tipo no lo es.... Próxima vez: El rincón de Aragón, saldrás suplicando otro ternasco....

PD: las costillitas estaban de coña...