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Mi Capricho

CASA ANTONIO (Santander)

Nombre: Bodega Restaurante Antonio

Dirección: Calle Rubio nº 2  - 39.001 Santander (Cantabria)

Teléfono: +34 942 231 115

Web:

Día: 18 de abril de 2009

Motivo: Cena de amigos.

Número de Personas: 5

Capacidad: 60

Servicio: 6,60, Comida: 7,35, Nota media: 6,975

Precio Total: 99,25 € IVA INC Por Persona: 19,85 €

Comentario:

Este sitio es un autentico clásico de Santander, aunque sea sólo por estar desde hace unos, no se, o más años… cuando yo era niño ya estaba, de toda la vida. Eso si, remozado por el exterior, todo un detalle por que se caía a cachos.

 

Por dentro tiene una peculiaridad y que sólo aprovecha la planta de arriba, que sigue igual que siempre, misma decoración, mismos aires acondicionados, mismos muebles, mismo todo… La planta alta es algo baja (perdón por la contradicción) pero a los que miden más de 1.70 se arriesgan a dejarse la coronilla al pasar por debajo de las vigas. Los baños, están al fondo, a la izquierda, rompiendo la española tradición de la derecha, y son… minimalistas en el mejor de los casos y de acceso un tanto justo por estar al lado de las escaleras que van a la cocina (planta baja). Esto, el local es lo peor, lo que más desanima a consumir.

 

EL servicio, razonablemente atento, sobre todo teniendo en cuenta que tienen que atender a todo el mundo con dos personas, y no es cosa fácil, ya que el tipo de comida es de mucha rotación. Normalmente te colocan en la mensa más pequeña que pueden (estando medio cómodo), esta vez nos pusieron en una mesa de 8… todo un lujo.

 

La comida, nosotros, de forma tradicional, y cuasi religiosa optamos por el menú, que por cierto, esta especificado en un cartel en la puerta de entrada (la que esta junto a la tienda de paraguas, por que la lógica, la central esta cerrada). La razón es sencilla, terminas hasta los ojos de comida por cuatro duros, y puedes probar muchas cosas.

 

El menú se compone de un taco de huevo a la mejicana, un taco al pastor, un taco cochinita pibil, enchilada, carnitas con guacamole, y chiles rellenos, estos últimos acompañados con arroz y frijoles. Cada taco es rico de por si, y la mezcla resulta muy sabrosa. Las carnitas, que deberían ser el plato principal (se supone) son suficientes como para reventar. Y el último plato, como colofón (postre, se podría decir) están los chiles rellenos, que evidentemente se puede repetir (el resto no, curioso)… De lo que se puede repetir también es de la salsa picante, que depende del día pero si cometes excesos, al día siguiente se cumple el axioma de los chiles campana, que pican al entrar y repican al salir.

 

Para bajarlo todo te dan un “beso”, o sea, licor de café con crema… un toque dulce después de las toneladas de picante, bien, bien….

 

Para bajar todo esto, división de opiniones, cerveza rubia (coronita o pacífico) o cerveza negra (negra modelo), según gustos. Opcionalmente se puede pedir sangría o vino. Yo nunca he hecho ni lo uno, ni lo otro, así que no puedo ser justo en una valoración.

 

Conclusión: un mejicano bueno, en el centro de la ciudad, que normalmente esta lleno (y desde hace años) así que por algo será. La relación calidad/precio es estupenda, difícil de superar.

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