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Mi Capricho

LA CASONA DEL JUDÍO (Monte - Cantabria)

Nombre: Restaurante la Casona del Judío

Dirección: Calle Resconorio nº3  - 39.012 Monte (Cantabria)

Teléfono: +34 942 323 023

Web: www.casonadeljudio.com

Día: 3 de abril de 2009

Motivo: Comida de amigos.

Número de Personas: 2

Capacidad: 100

Servicio: 1,00, Comida: 7,35, Nota media: 4,675

Precio Total: 93,32 € IVA INC Por Persona: 46,66 €

Comentario:

Bueno, como siempre en viernes el bueno de Nacho Cavia y yo nos damos un homenaje, esta vez en la Casona del Judío, que en Santander tiene un cierto nombre.

 

El sitio es una antigua casa unifamiliar, de las de principios/mediados del siglo pasado, reconvertida en restaurante, con sus correspondientes ampliaciones, una de ellas adyacente, y la otra en el jardín, en plan carpa cerrada. El conjunto es bonito, con decoración moderna que complementa bien al estilo antiguo del edificio.

 

La barra del bar, eso si, un tanto “modernista”…

 

Lo serio, critica amable y justa del servicio y la comida. Que se note que en este blog somos gente ponderada y con criterio.

 

El servicio, atento, amable, un poco seco (por lo menos el camarero que nos atendió), razonablemente profesional, pero… con una costumbre muy mala que ya veréis.

 

La comida; empezamos con una ensalada e bacalao con pimientos y aguacate, pensando que sería una ensalada de verdad… ¡pues va a ser que no! Resulta que es una “monodosis de diseño”, que satisfacerla a una sola persona (se le supone) pero no a dos tragaldabas como nosotros. He de decir que estaba muy bien presentada, el detalle de la fresa en el copete estaba muy bien, el sabor delicado y untuoso, la verdad es que rico, rico (Arguiñano TM).

 

Pasamos a una lubina al horno (el servicio nos ofreció varias alternativas de preparación, todo un detalle), que nos presentan en su bandeja de horno. Los comensales hacemos ese glorioso comentario “menos mal que la ensalada era una mariconada, que si no con esto no podemos” por que la verdad es que el pescado era digno, y la guarnición (pese a parecer un poco seca) de patatas panadera no se la saltaba un gitano (que nadie se ofenda).

 

Se llevan la fuente, y nos sirven el planto, me toca cola y a Nacho el resto… de un lomo completo, con su correspondiente guarnición. He de decir que estaba el pescado perfecto, de los mejores que he probado en mucho tiempo, la guarnición rica, pero mejorable (las patatas fueron cortadas con demasiada antelación y pierden). Cuando viene el camarero amablemente a preguntar como nos va, le decimos que bien, que nos preparé el resto que vamos a dar cuenta de él… y nos responde, que en los platos esta todo, toda la lubina entera. Y hombre, muy listos no seremos, pero sabemos diferenciar media lubina de una entera, sobre todo cuando es grande. Creo que nuestra cara de perplejidad en el momento debió ser percibida por el camarero, pero no hizo caso.

 

Podría hacer mofa y sangrado de este incidente, y desde luego es la causa de la baja nota del servicio, por que, que me traten mal, me toca las narices, que me llamen imbécil (por no decir otra cosa), me resulta cuanto menos extremadamente molesto. Si no nos llegan a enseñar la fuente nos hubiésemos ido satisfechos y dando loas y alabanzas del local, peroooo, es lo que hay. Por cierto, nos cobraron 1,2 lubinas… espero una explicación razonable (quizás 1,2 kg de lubina, que no se habían servido en nuestros platos ni por asomo).

 

Postre, un escocés, que tenía aspecto de ser razonablemente bueno y decente, y un pastel de chocolate caliente con corazón líquido. Este pastel estaba rico, y las salsas que lo acompañaban le daban un toque gracioso, sobre todo la de frambuesa.

 

Para bajarlo todo, una caña por cabeza (no se puede comer a estomago vacío) y un Enate blanco – Chardonnay 234 de 2008, espectacular, es ese tipo de vino que invita a pedir botella tras botella hasta la extenueción.

Corolario: buen entorno, con un pescado soberbio, una carta decente tanto para comer como para beber, pero con un servicio deplorable que se cree que el cliente es imbécil. La relación calidad/precio (es caro) es más bien baja, por no decir un robo a mano armada.

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