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Mi Capricho

EL PORTAL DE PUERTOCHICO (Santander)

Nombre: Bodegón F. Javier Quintanilla

Dirección: Calle Bonifaz nº9  - 39.003 Santander (Cantabria)

Teléfono: +34 942 225 176

Web:

Día: 21 de febrero de 2009

Motivo: Cena de amigos.

Número de Personas: 5

Capacidad: 120

Servicio: 6,05, Comida: 6,45, Nota media: 6,25

Precio Total: 110,25 € IVA INC Por Persona: 22,05 €

Comentario:

Bodegón de los de toda la vida (bueno, realmente unos 14 años, pero la frase es un topicazo que queda muy bien), donde coger mesa no siempre es tarea sencilla por la curiosa costumbre de este pueblo de ir siempre a los mismos sitios.

 

Debo decir que es un sitio "resultón", no es lo mejor, pero cumple con el expediente de forma razonablemente correcta. 

 

Esta cerca de la zona de copas, y rodeado de bares donde tomar cañas/vinos, por lo que al salir no es complicado seguir lo la juerga. El problema es el aparcamiento, sobre todo el gratuito, pero si se lo plantea uno con tiempo, o si se va andando (cosa nada difícil en Santander) solventamos la papeleta.

 

El local: amplio, pero a la vez lleno de cosas y gente por todas partes. En la entrada nos encontramos la barra a la izquierda, con una baldas donde podemos ver expuesto un amplio surtido de cosas comestibles (chorizo, jamón, ventresca, “cojonudos”…) y bebibles (vinos, orujos…) que se sirve sin ningún reparo moral, a cambio de una módica cantidad de dinero. La barra es de madera en su totalidad, rodeada de barriles, lo que le da un cierto aspecto cálido y confortable donde empezar el periplo gastronómico. El resto es el comedor, abarrotado de mesas, gente y camareros que corren de un lado para otro. Los baños, como no, al fondo a la derecha, limpios y correctos.

 

El servicio: en barra, correcto y amable, ya que mientras van cortando embutido para las mesas  se las apañan para darnos una botella de verdejo con sus correspondientes 5 copas. Luego, cosa del caos absoluto que hay en el local, la cantidad ingente de mesas y múltiples opciones para pedir, los camareros nos olvidan momentáneamente. Un poco de Graciela y arreglado.

 

Comida: todo a base de raciones, aunque se puede ir a por platos contundentes tipo chuletón, una de chorizo picante, una de rabas (un pelo aceitosas), croquetas de calamar (ricas y distintas a las habituales), jijas con patatas (decentes), champiñones rellenos (de carne y queso con una salsa de cebolla), tabla de quesos (posiblemente lo mejor), montañas de pan de pueblo, y postres (tartas de queso, helados, y mus). Para bajar todo eso nos decantamos por otras dos botellas de verdejo.

Conclusión: sitio correcto, sales cenado y la comida esta razonablemente rica, eso si, la relación calidad-precio no es la mejor (que te cobren el pan, y que unos champiñones salgan por 10 €… tiene narices) y tienes que estar un poco pendiente del servicio por que como andan liados igual no se acuerdan de ti.     

 

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