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Mi Capricho

Bodega CIGALEÑA (Santander)

Nombre: Bodega Cigaleña

Dirección:  Calle Daoiz y Velarde nº 19, - 39.003- Santander

Telefono+34 942 213 062

Web:

Día: 4 de Agosto de 2008

Motivo: Reunión de Amigos.

Número de Personas: 3

Capacidad: 30 Personas

Servicio: 5,90, Comida: 6,25, Nota media: 6,07

Comentario:

Esta bodega, típica de Santander de toda la vida, se estructura en dos espacios, el Bar y la zona de restauración. Cuando entras te encuentras sumergido en un mar de botellas de vino, con algunas joyas dignas de mención. De hecho, se venden lotes para coleccionistas.

Para llegar es fácil y recomendable hacerlo a pie, por que aparcar por la zona es más bien complejo, aunque hay dos aparcamientos razonablemente cerca.

Bueno, nosotros fuimos a la enjundia directamente, aunque solo sea por que eran las 3 de la tarde y había que comer. Eso si, el sábado anterior hicimos la cata correspondiente a los vinos, pero eso es tama a parte.

El servicio lo podríamos calificar como de frío, impersonal, eso si educado; tengo la sensación de que querían cerrar pronto, y sólo estábamos nosotros y otras dos mesas, una de ellas en los postres... sentía la presión en el cogote.

Como ya era tarde optamos por algo ligero, empezamos por un plato de chorizo frito, que estaba bueno, aunque un poco escaso, la verdad y la presentación... la definiría como destartalada y sosa.

Luego el plato, escogimos un chuletón, un solomillo al queso, y unas chuletillas de cordero. El acompaño de cada plato era digno, bien, y los trozos de carne eran generosos, de presentación rustica sobre plato blanco. La base era novilla para las carnes de vaca, tenían sabor por si mismas, pero personalmente me gusta la carne más roja. La salsa de queso merecía la pena, por que no era muy fuerte, pero si con personalidad.

Lo bueno fue (y es) el vino, un rioja crianza del 2005, que ahora no me viene a la cabeza (ya modificaré el post). Aromático, suave al entrar y dejando cierto poso afrutado. Una buena elección.

Los postres en condiciones, un tocinillo de cielo, un hojaldre con helado y cuajada con abundante miel, todo ello casero. Esta vez, presentado con un poco (poco eh!) más de arte.

Para bajarlo todo, café (sin chupito que luego había que conducir)... decente, no era Blue Montain, pero era mejor que muchos.

En este sitio se viene a beber vino, la carta es bastante buena y amplia, la comida es un acompañamiento para el zumo fermentado de la uva. Con variedades tanto en España, como en el extranjero, y precios desde decentes (que no tirados) hasta locuras de 3 ceros (Vega Sicilia, por ejemplo).

El precio 122, 94 € (IVA incluido), o sea 40,98 €/persona, un poco caro, sobre todo atendiendo al servicio. El vino muy bueno, pero para eso me quedo en el bar, y la comida rica, pero no se si compensa pagar lo pagado. 

 

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