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Mi Capricho

LA VACA ARGENTINA (Madrid)

Nombre: La Vaca Argentina - Restaurante

Dirección: Paseo de la Castellana nº 87 (Madrid)

Teléfono+34 915561143

Web: http://www.lavacaargentina.net/ 

Día: 27 de Noviembre de 2008

Motivo: Trabajo.

Número de Personas: 2

Capacidad: 60 Personas

Servicio: 7,35, Comida: 6,80, Nota media: 7,07

Precio Total: 58,65 € IVA INC. Precio por Persona: 29,32 € IVA INC

Comentario:

Después de una mañana dando tumbos por el centro de Madrid, de múltiples reuniones con clientes variopintos, toca la comilona con uno de ellos. Así que partimos en busca de un lugar digno y decente en la zona de Azca, lo cual no es evidente del todo, pese a ser la zona pija de la capital del imperio. Bueno, la verdad es que hay sitios muy dignos, pero eso si, a unos precios muy, ¡muy!, dignos también.

Olvidémonos de aparcar, sobre todo gratis…

Entramos en el sitio, de decoración moderna y funcional, todo diseño, hasta la alfombra de piel de vaca. La barra a la derecha, así como el acceso principal a la cocina. A la izquierda la recepcionista y los servicios, al final el comedor (bueno, los comedores).

Nos atienden rápido, enseguida estamos sentados y nos toman nota. Es evidente que es una zona de trajín, y que la gente que va a comer de forma habitual tiene problemas endémicos de tiempo. Tengo que decir que el servicio en general es eficiente, quizás un poco frío e impersonal, pero educado y discreto.

Nos tomamos una caña, a la que acompaña un aperitivo que consiste en unas tostas con algo indefinible, pero rico, y un caldito. Optamos por no tomar vino, aunque sea por que luego hay que trabajar. La lista es escueta, pero con vinos interesantes como el Arzuaga Cr. 2005.

Nos decantamos por una comida frugal, a saber, un foie de pato semicocido, con su correspondiente salsa de pasas y dos lomos altos con pimientos.

El foie es magistral, de los mejores que he comido en Madrid, pese a la compota, cosa que odio profundamente por que desvirtúa el sabor del elemento principal. Sirven dos bloques, con pan de molde tostado, presentación minimalista pero cuidada.

El lomo alto, que se puede pedir por peso (optamos por 200 gr.), se sirve en un plato caliente, y sólo puedo decir que hace honor a la fama de la carne argentina. Yo lo pedí poco hecho, y todo un gustazo, sólo falto la sal gorda, pero tampoco era imprescindible, la carne por si misma tenía “presencia de espíritu” suficiente. Los pimientos de piquillo, ricos, sabrosos a la plancha… sólo picó uno de toda la tanda.

Nada de postres, hay que cuidar la línea (curva).

Café y chupito de orujo blanco. El café estaba rico, se nota que cuidan ese detalle, incluso ofrecen simultáneamente azúcar y edulcorante.

Conclusión: si te gusta la carne es un sitio muy recomendable, especialmente si vas en metro (gracias a dios lo tiene al lado) y te puedes dar el homenaje. El problema será la factura, por que sin vino, sin postre, y con cantidades comedidas de materia comestible nos salió por 30 € por cabeza.

 

 

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